1.- Identifica tu capacidad de ahorro.
Lo primero que debes hacer es separar, como mínimo, un 10% de tus
ingresos mensuales. Seguramente estás pensando que es imposible. Inmediatamente
te decimos que te equivocas. Revisa cuánto destinas a gastos no-imprescindibles
como el café de las mañanas, el taxi para volver a casa o tus salidas de fin de
semana. No pretendemos que dejes divertirte, pero debes hacer algunos
sacrificios para lograr el objetivo. Una vez que tienes un excedente que puedes
destinar a pagar tus deudas, defines una estrategia de pagos.
2.- Haz una lista de tus deudas.
Enumera todos tus pasivos e identifica cuánto tiempo te tomará liquidar
cada uno de tus pendientes. Para ello haz la siguiente operación: divide el
monto de la deuda entre el pago mensual o el pago mínimo. El resultado son los
meses que te tardarás en cancelar tu deuda.
3.- Ordénalas y asígnales una
prioridad.
Nuestra recomendación es que la enumeración la hagas colocando en primer
lugar a la deuda más alta y que mayor tasa de interés genere. Ahora que ya
estableciste cuál es tu deuda número uno, paga el mínimo más el 10% que
ahorraste con tu corte de gastos. Repite este paso hasta que liquides tu deuda,
sin dejar de pagar las otras, evidentemente. Pese a que los especialistas
recomiendan evitar el pago mínimo, esta estrategia te la sugerimos bajo el
supuesto que no puedes hacer un pago mayor.
4.- Continúa con la siguiente.
Tu siguiente meta es saldar la deuda número dos de tu lista. Repite el
mismo paso que te detallamos en el punto anterior.
5.- Crea un ahorro permanente.
Luego de haber cubierto todos tus compromisos de pago, continúa
ahorrando el 10% de tu ingreso y convierte lo que fue un acelerador para pagos
en un acelerador para el ahorro.
Fuente: Tips4life.biz
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